Más de 500,000 estadounidenses tienen parálisis cerebral. Tres mil personas nacen con esta condición cada año, y aproximadamente otros 500 adquieren la parálisis cerebral temprano en su infancia.
La parálisis cerebral es una enfermedad, pero sí una condición causada por daño a ciertas partes del cerebro que controlan la coordinación de los músculos, el balance, y otros movimientos por voluntad propia. Comúnmente, ocurre un daño o lesion en el cerebro en el desarrollo de un feto o un recién nacido. Las medidas de prevención son cada vez más posibles, e incluye el asegurar el bienestar de las madres antes de dar a luz, tratamiento prenatal adecuado y el proteger a los bebés de accidentes y lesiones.
Los individuos que padecen de paralysis cerebral pueden quedar afectados de distintas maneras. La tensión en los músculos o espasmos musculares, los movimientos involuntarios y dificultad al trabajar son efectos comunes. Algunos individuos pueden experimentar sensaciones y percepciones anormales como la vista, o impedimentos en la audición o el habla; ataques y retardación mental. Entre otros problemas relacionados con la enfermedad se incluyen la dificultad en comer, con la vejiga, y el control en la evacuación, dificultad al respirar por la mala postura, trastornos en la piel por llagas y problemas en el aprendizaje.
Los bebés en la categoría de alto riesgo para padecer la enfermedad pueden estar tensos, irritables, pueden tener dificultad al comer y demorarse en desarrollar el control muscular. La identificación temprana es importante. Con el respaldo y el cuidado de padres y con la ayuda de profesionales los niños con parálisis cerebral pueden participar en sus escuelas y sus comunidades.
Sucesos prenatales:
La falta de suficiente oxígeno o flujo de sangre en el cerebro del feto o del bebé recién nacido, lo cual puede ser causada por:
Golpes o lesiones en la cabeza causando daño al cerebro en los recién nacido y niños pequeños son comúnmente el resultado de:
No es siempre posible determinar las causas de la parálisis cerebral. En más del 30 por ciento de los niños, no se pudo identificar factores de alto riesgo relacionados a la enfermedad.
El control de la parálisis cerebral envuelve generalmente todos los aspectos del desarrollo y crecimiento físico, mental, social y emocional. Servicios que contribuyen al control de la condición se incluyen: la educación especial, consejería, adiestramiento vocacional y empleo, actividades recreativas, arreglos para vivir independientemente, transporte, y otros servicios de asistencia.
Específicamente el tratamiento y control de la parálisis cerebral puede incluir:
Easterseals opera con una red de clínicas dedicadas a ofrecer tratamientos e intervenciones de la más alta calidad a individuos con trastornos espásticos (espasmódicos).
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